lunes, 2 de diciembre de 2019

Lo que no te mata te hace más fuerte. Saga Millennium (David Lagercrantz)

   Ésta es la cuarta entrega de una saga muy buena. ¿El problema? Que ya no pertenece al mismo autor, a pesar de que lo tengo metido en la misma carpeta que la trilogía original. Stieg Larsson tenía pensado escribir una saga compuesta por 10 volúmenes contando la historia de Lisbeth Salander y de Mikael Blomkvist, sin embargo murió habiendo escrito solo los tres primeros. De hecho, por lo que tengo entendido, murió antes de ver cualquiera de sus libros publicados. Una pena, teniendo en cuenta el éxito de esta genial saga. 
   A pesar de que está bastante bien la historia, se nota mucho, desde mi humilde punto de vista, que no es del mismo autor. Cosa normal, dado que Stieg Larsson no dejó escritas notas sobre sus ideas para sus futuros libros, por lo que su sustituto no tenía ni idea de por dónde iban los tiros en su mente. Tuvo que coger unos personajes ya asentados y con mucha personalidad y crearles una historia a su alrededor creíble y tan interesante como las tres entregas anteriores. Algo nada fácil, desde luego.  
   Desde el principio se nota el estilo diferente de Lagercrantz. Mientras que Larsson se centraba en cómo afectaba la trama a los personajes principales, Lisbeth y Mikael, y hablando de otros personajes en escenas cortas dentro de los propios capítulos, Lagercrantz dedica capítulos enteros a otros personajes, dejando a los protas en un segundo plano. Además, no es nada sutil a la hora de dejar caer lo que podría pasar en un futuro. Larsson dejaba alguna pista de vez en cuando de lo que se avecinaba en capítulos posteriores, pero había que estar muy atentos para pillarlas. Sin embargo, Lagercrantz te lo avisa con luces de neón, por lo que, para el momento en el que llega la revelación, no sorprende lo más mínimo. Eso hace que los diálogos sean un poco forzados. 
   Después de todo esto, creo que no haré críticas sobre los otros dos libros de la trilogía de Lagercrantz, ya que seguramente solo me quejaré de lo poco que se parece a Larsson, y para eso, mejor me quejo con mi hermana.

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