Después de mucho tiempo con el blog abandonado, vuelvo a retomar los análisis de personajes de Juego de Tronos, Juego de Truños según mi madre. ¿Por qué lo llama así mi madre, os preguntaréis algunos (o puede que ninguno, yo que sé)? Fue culpa del juego Trivial y de que mi madre no ve tres en un burro.
En fin, cambiando un poco de tema, he decidido volver a la carga con esta serie con el personaje conocido como el Cuervo de Tres Ojos. ¿Que por qué con éste? Principalmente porque no tenía ganas de empezar por uno cuya descripción me lleve mucho tiempo. ¿Y cuál puede ser más rápido de escribir que un viejo con un árbol metido por el culo que aparece en unas cuatro escenas? Pues eso.
Aparece por primera vez en la cuarta temporada siendo un actor, y cuando Bran y su chupipandi aparece de nuevo en la sexta temporada, resulta que el actor es otro. Bravo. Un aplauso por la capacidad de continuidad que tienen los productores de la serie. Durante el tiempo que Bran está en esa cueva de arciano junto al Cuervo de Tres Ojos, se supone que éste le enseña al joven Stark sobre su poder, y sobre nunca intervenir en las escenas que está viendo porque podría ser catastrófico. ¿Bran le escucha? Para nada. El ejército de los muertos acaba destruyendo el sitio, matando a Verano, el lobo huargo de Bran, a los Hijos del Bosque, al viejo empalado por el culo y a Hodor. Estupenda decisión, Bran. Gracias por un trauma más en mi vida.
En definitiva, que el Cuervo de Tres Ojos no sabe enseñar una mierda. Yo, personalmente, creo que habría sido mucho más interesante si en vez de un anciano atravesado por un árbol, su maestro hubiera sido, literalmente, un cuervo de tres ojos como el que aparecía en la primera temporada. Pero es mi humilde opinión, claro está. 
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