miércoles, 1 de abril de 2020

Arya Stark. Casa Stark

   ¡¡¡ALERTA SPOILER!!!
   Parece mentira que ya estemos en la última entrada de los personajes de Juego de Tronos. También es increíble lo floja que puedo llegar a ser para haber tardado tantísimo en terminar la lista, porque ha pasado ya un año desde que la empecé. Se dice pronto, ¿verdad? Y para la última entrada no podía dejar a otra más que a Arya Stark, sin duda uno de los personajes favoritos entre los fans de la serie, no solo porque fue la que acabó con el Rey de la Noche, sino porque es una chica que se rebela ante lo que la gente le quiere imponer. Es la rebelde adolescente por naturaleza, pero en este caso, para hacer cosas buenas. Luchar por los suyos, vengarse de los cabrones y matar al malo malísimo de unas de las series más taquilleras de todos los tiempos. ¿Qué más se puede pedir? 
    Esta chiquilla es vengativa como ella sola, y tiene una larga lista para cumplir antes de considerarse satisfecha, si es que no tiene que ir añadiendo nombres por el camino. Y todos los nombres de su lista acaban muriendo, ya sea por su mano o por otras circunstancias. Gracias por ese detallazo, dios de la muerte. Arya pasa por muchas dificultades para llegar a convertirse en la chica que pudo matar al Caminante Blanco, como su duro entrenamiento y casi muerte en la Casa de Blanco y Negro en Braavos, donde la niña psicópata la quería muerta sí o sí. Pero allí aprendió el utilísimo truco de los cambios de cara que nos dio uno de los mejores momentos con la muerte de Walder Frey y de todas sus huestes. 
Not today
   También muestra la frialdad propia de los que están acostumbrados a ver la muerte desde cerca, cosa de la que hace un buen alarde cuando le corta el cuello a Meñique con una gran eficacia. Y no contenta con todos esos grandes momentos, tiene una de las escenas más agobiantes de la serie junto con la de la Batalla de los Bastardos donde Jon parece que se va a asfixiar. Es la escena en la que está con un montón de muertos en la biblioteca de Invernalia. Tengo que admitir que esa escena me provoca un gran estrés cada vez que la veo, así que un aplauso a los que la montaron por el efecto que consiguieron. Por suerte, nos recompensaron con una muerte buenísima para el Rey de la Noche con un cambio de mano incluido. 
   A lo mejor podría haber tenido un final muy poético si hubiera muerto tras vengarse de la última de su lista, la reina Cersei. De ese modo habría cerrado una especie de círculo. Su verdadera existencia comenzó con su lista para vengarse, y una vez que la culmina, desaparece junto con ella. Pero Cersei tuvo una muerte de mierda, así que Arya solo tuvo un tour por Desembarco del Rey por el módico precio de casi morir como unas 43 veces aplastada por las casas que se estaban derrumbando al paso de Drogon. Al final se pira en un barco. Y con esto y un bizcocho, no nos volvemos a ver hasta 2028. 

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