Si Rickon era el cono de tráfico de la familia Stark como dije en mi última entrada, Renly lo es de la Casa Baratheon. Sale lo justo para que veamos como Loras Tyrell, su amante, le afeita el pecho y lo que no es el pecho (guiño, guiño, codazo, codazo), y para que lo mate una sombra mandada por su hermano (viva el amor fraternal). Obviando el detalle de que parece que, a excepción de los hermanos Stark y su primo/hermano bastardo, las relaciones fraternales no son el fuerte ni de HBO ni del autor (¿tienes algún trauma enterrado, Jorge?), ¿tanto costaba que mandaran un mercenario para matarlo como se ha hecho de toda la vida de Dios? Entre el parto de Melisandre, las sanguijuelas en la chorra del pobre Gendry y el asuntillo del zombie Drogo, las experiencias con la magia de sangre no apetecen en absoluto.
La verdad es que poco más tengo que decir respecto al personaje. Es soso como él solo, se nombró a sí mismo rey porque le salió de los huevos cuando no le habría tocado en la vida, y su trama la verdad es que no tiene ni chicha ni limoná. A tomar por culo, uno menos.
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